Una noche entera sin pegar ojo
Catherine se marchó de la clínica veterinaria, pero su mente siguió dándole vueltas al asunto toda la noche, repitiendo toda la situación en su cabeza una y otra vez, sin poder pegar ojo en toda la noche. Observó a Charlotte dormir y nunca esperó que su día terminara así. Estaba tan increíblemente agradecida de que su bebé estuviera bien, pero no pudo evitar sentir una profunda sensación de culpa por no haber podido hacer más para ayudar o interponerse en un ataque mortal.