6 motivos por los que debes dejar de tomar ketchup




Amado por unos, odiado por otros

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La influencia de los Estados Unidos en nuestro país no solamente se nota en el cine, la televisión y en la forma en la que vestimos, sino que ha llegado hasta la mesa. Uno de los productos llegados desde el otro lado del Atlántico que más repercusión ha tenido en nuestras vidas en los últimos años es el ketchup, una salsa dulce con base de tomates que a muchos apasiona y a otros no gusta al considerar que enmascara el resto de sabores de un plato. Entre los del primer grupo encontramos auténticos fanáticos de la salsa, hasta tal punto que la añaden a los platos más inverosímiles. No obstante, esto es un grave error, no solamente desde el punto de vista culinario, sino también para la salud de quienes lo hacen. Veamos los motivos.




¿Todo vale por su sabor?

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Si algo hace destacar al ketchup por encima de otras salsas es que si bien está hecha básicamente de tomates -un producto que al natural es ácido-, su sabor es dulce a más no poder. Esto se debe a la gran cantidad de azúcar que contiene, alrededor de 3,7 gramos por cucharada, una proporción a todas luces demencial, puesto que una galleta de chocolate contiene menos.